Solos pero felices
REFLEXIONES. A veces andas sin parar y dejas que la vida
corra tan rápido sin que ni si quisieras te puedas dar cuenta. Otras veces, por
otro lado, sí tienes unas horas para ti. Unas horas para pensar y poderte
despejar. La mayoría de la gente decide quedar con quien quiera y poder pasar
ese poco tiempo en alegría; esa gente que dedica ese poco tiempo a su familia,
a sus hijos, a su pareja o a sus amigos. Otros prefieren quedarse en casa durmiendo
y descansando, o jugando a ese juego que lo tiene enganchado, o sencillamente viendo
esa peli que tus amigos te han aconsejado y que al final del día te hace
reflexionar. Cuando estás en tu casa, solo, entre éstas cuatros paredes acogedoras,
con la compañía de unos actores que consiguen ser tus amigos, no haces otra
cosa que pensar en tu vida. Piensas en tus elecciones, las buenas y las malas,
en quien te rodea porque tu los has permitido y en quien ya no puedes ver
porque tu se lo has prohibido. Reflexiona sobre todas aquellas frases bonitas
que te han dicho y a lo poco que han significado, sobre las personas que dicen
extrañarte y no mueven ni un paso para verte.
Es en estos momentos que tu vida parece pararse, coger
sentido. Es en estos momentos que consigues salir de tu misma carrera y ponerte
desde el lado del espectador, apreciando nuevos puntos de vista, nuevas facetas,
nuevas perspectivas. Y pasas horas reflexionando, sentado en tu cama, con la mirada
fija y los ojos llorones, sonriendo cuando alguna cara familiar te acuerda de
cuando estabas cerca de ganar tu carrera, y poniendo las manos a la cabeza
cuando en seguida ves tu caída.
Reflexiona. Entiendes que de todos los que te rodean, de
toda la gente que cruzaste en tu vida, tu eres la más importante. Hay que ser
felices solos para poder ser feliz cerca de alguien, hay que saber apreciar los
momentos en el cual nadie necesite tu compañía para poder reflexionar y
encontrar la paz interior. Nadie necesita a nadie para ser feliz.
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